Actualmente, vemos con sorpresa que muchas de las organizaciones de mantenimiento en nuestro medio son mal administradas, es decir, no existe una buena planificación, programación y ejecución de tareas, acompañadas del respectivo control y la toma de decisiones para las mejoras a implementar. Esto trae como consecuencia la ocurrencia diaria de tareas correctivas de emergencias, incluyendo trabajos que exigen mucho esfuerzo, el personal supervisor y técnico se dedica a “apagar incendios” con los escasos recursos consumiendo mucho tiempo de trabajo que incluyen horas extras, siendo la principal causante de fatiga y estrés laboral negativo.
El concepto de estrés fue introducido por vez primera en el entorno de la salud por Hans Selye, definiendo al estrés como la reacción general del organismo ante cualquier estímulo y situación de presión o exigencia. Existen dos tipos de estrés: estrés positivo o EUSTRÉS y estrés negativo o DISTRÉS.
Hay que anotar que el estrés puede ser de índole individual, grupal y organizacional, por ello es preciso resaltar las diferencias individuales que existen entre las personas del equipo, ya que, si para unas determinadas tareas y experiencias resultan agotadoras, con grado de dificultad o con efecto negativo para la salud; para otras son asumibles sin generar consecuencias negativas.
El estrés laboral es un problema grave en las organizaciones de mantenimiento ya que no sólo perjudica a la fuerza laboral, sino también a la supervisión y gerencia; manifestándose marcadamente cuando las capacidades personales, profesionales y técnicas no están alineadas; generando pérdidas en la rentabilidad del negocio y mayores riesgos de accidentes.
Además, este estrés genera estados como frustración o apatía en el trabajo, lo que traerá como consecuencia baja de moral y estima en el equipo de trabajo continuando con una merma en la productividad.
Por el contrario, cuando existe una óptima Administración del Mantenimiento que implica:
- Una adecuada planificación y programación de tareas y recursos tanto humanos como materiales.
- Una ejecución de las órdenes de trabajo con calidad.
- Un análisis de la gestión expresada en indicadores claves (Control).
- Una metodología de mejora continua en el área.
Entonces el estrés laboral se ve disminuido o extinguido.
Finalmente, si a esto agregamos que se cuenta con un liderazgo en las jefaturas del área que promueve el trabajo en equipo, capacitando y motivando al personal con la intención de que contribuyan con sus capacidades al logro de los objetivos principales (Disponibilidad y confiabilidad de los equipos optimizando los costos), entonces, esta gestión del mantenimiento conlleva a la organización hacia un modelo identificado con la PROACTIVIDAD.
En CMMS estamos preparados para apoyar a diversas empresas en su gestión del mantenimiento de manera eficiente y rentable; para mayor información haz click aquí.